Chapter Text
El lugar era parcialmente oscuro, apenas iluminado por luces blancas que permitían ver varias flores.
Lilium. El lirio de la pureza y de la muerte.
Aquel lugar era una especie de túnel por el cual Hwan Woong podía ver avanzar a los demás chicos, corrió con toda intención de darles alcance, después de todo esa era la idea a final de cuentas, irse juntos. Sin embargo, a pesar de haberlo hecho, hubo un punto dónde le fue imposible seguir avanzando.
Alguna especie de barrera invisible impedía que continuara, aun cuando los demás seguían avanzando con calma y sin problema alguno.
— Esperen, chicos, esperen. —Pidió, pero realmente era como intentar llegar a un lugar alto sin tener unas escaleras que lo hicieran posible. — ¿A dónde van? No me dejen atrás, quiero ir con ustedes. —Pidió Hwan Woong sin entender por qué no podía seguir avanzando.
— Hwan Woong... lo siento, es imposible para ti. —Escuchó la voz de Dong Ju, quién se encontraba por delante del grupo, como si hubiese estado ahí todo ese tiempo para esperar por cada uno de ellos.
— No puedes venir con nosotros. —Murmuró Yeon Ho con una expresión triste.
Hwan Woong no lograba entender por qué decían eso, no quería detenerse, él quería avanzar e ir con todos ellos.
— No podrás hacerlo. —Escuchó al trío.
— Hwan Woong, eso es porque tú eres... —Las últimas palabras de Seo Ho fue algo imposible de escuchar para él, como si alguna especie de interferencia se lo hubiese impedido.
Los chicos giraron nuevamente, volviendo a andar hacia el final del túnel, dejándolo atrás.
— Esperen, chicos... ¡No me dejen aquí! —Cerró los ojos con fuerza y todo se volvió negro.
Sentía su cuerpo entumecido, abrió sus ojos mientras se incorporaba, sentándose sobre el piso y sin entender que había sido todo eso.
— ¿Acaso es un sueño? —Se preguntó mientras miraba a su alrededor, el lugar lucía quemado, aunque los cuerpos de sus amigos seguían ahí y ya no había rastros de Young Jo por ninguna parte. —Pero, ¿por qué yo? Estoy seguro que atravesé mi corazón. —Incluso tanteo su cuerpo en busca de la herida que se había hecho, pero no lograba encontrar nada... Excepto el orificio creado en la tela de su camisa.
A gatas se acercó a quienes estaban más cerca de él, intentando moverlos.
— Keon Hee, Geon Hak, Chang Min... —Ninguno de ellos respondía a su llamado, ni siquiera al moverlos.
Probablemente era porque tenían poco tiempo en el Clan y por ello era imposible que hubieran podido despertar, entonces lo recordó.
— Seo Ho... —Avanzó aún a gatas hasta el cuerpo del chico, moviéndolo igual que a los otros tres. — ¡Seo Ho! —Prácticamente se abrazó al cuerpo de éste. Mirando su rostro dormido, ese rostro que ya no expresaba ni siquiera misterio. — Despierta... Despierta ya... por favor... —Rogó, pero no podía ser oído.
Ninguno de ellos despertaba, como había pasado con él.
— ¿Por qué? ¿Por qué soy el único? —Su respiración se alteró, miró el arma que había usado con anterioridad.
Intentó nuevamente clavar el filo del arma contra su pecho.
Incluso sacó el arma el mismo, notando algo de sangre fresca en la misma, pero en segundos la herida dejo de sangrar, incluso se había cerrado.
— No puede ser... —Murmuró.
El eco de tantos pensamientos, de los recuerdos de todos, comenzaron a dar vueltas por su cabeza.
"Para los humanos los vampiros realmente somos unos monstruos"
"Son mis creaciones, es posible que incluso hayan alcanzado la inmortalidad."
"La verdad de un vampiro... es la inmortalidad."
"No te acerques a Seo Ho, ese chico te traerá sufrimiento."
"Hay veces que es mejor no despertar del sueño, aunque éste sea una pesadilla"
"Si el mundo se fuera a terminar, no habrá un final para nosotros"
"No permitiré que la eterna Crisálida terminé."
"Si existiera una flor eterna, una que nunca pudiese morir ¿Qué sentirías?"
— Es... ¡Es mentira! —Se sintió desesperado, nuevamente tomó el arma, intentando herirse varias veces más.
Obtuvo el mismo resultado que la primera vez.
El llanto se hizo presente, ¿por qué tenía que ser el único?
¿Por qué tenía que pasarle a él?
Gritó.
Un grito lleno de dolor, de angustia, de horror y de odio.
No quería aquel destino, pero ya no tenía una opción: Young Jo había ganado.
Maldijo internamente su experimento, su eterna crisálida...
El haberle vuelto en un verdadero vampiro.
»«-»«-»«-»« ¿Fin? »«-»«-»«-»«
